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El primer día ya apuntaba maneras

Todavia no me creía que estaba en Alemania hasta que no bajé del avión y me di cuenta que todo estaba en alemán y fue cuando le dije a mi compañero “Creo que aquí no hablan mucho inglés”.

Lo primero que hicimos fue ir a por las maletas…los alemanes, por lo menos por lo que he escuchado, se caracterizan por una buena logística y fiabilidad, pues bueno, en una cinta para las maletas minúsculas se junto un avión de Barcelona y de Málaga (parecíamos sardinas en lata) ahí también fue cuando me empecé a dar cuenta que somos bajitos en comparación con la gente del norte de Europa…

Tuvimos suerte que nuestras maletas salieron de las primeras, porque ahí no cabía ni un alma.

Que fue lo próximo? Buscar puesto de información, ya que teníamos que coger un bus de dos horas y media desde el aeropuerto de Berlín hasta Leipzig, super maja la chica de información (aun que no nos enteramos mucho de lo que nos dijo, pero al final lo encontramos).

Como eran las dos y media, y hasta las seis y media no teníamos que coger el bus, nos paramos en un puesto para comer en el aeropuerto y fuimos en busca de la famosa parada, que fue relativamente fácil de encontrar teniendo en cuenta que íbamos con una maleta de 22 kg, pero no íbamos a esperar en la parada tres horas con el solazo que hacia…SÍ, SOL en Alemania!

Y nos pusimos a pasear por el aeropuerto.

Cuando por fin estábamos en el bus, solo quedaba esperar y disfrutar del paisaje. Por cierto, en Alemania si le preguntas al conductor del bus por cervezas, te vende, vimos a un hombre que le pidió al conductor, nos miramos mi compañero y yo, y fue en plan “Porque no?” así que, medio litro para el buche!

Después de dormir, beber y admirar el paisaje, llegamos a Leipzig, ciudad donde está una de las fábricas de BMW más grandes de Alemania, de Porsche y del segundo mejor equipo de la Bundesliga, el RB Leipzig. Nos vino a buscar Nico, un chico súper majo y gerente del sitio donde trabajaríamos y viviríamos aquí en Alemania.

Después de 20 minutos en coche llegamos a la residencia, localizada en un pueblecito pequeñito a las afueras de Leipzig, y nos hizo un pequeño tour, nos enseño nuestra habitación y nos presento a los otros 3 españoles que había allí.

Llegamos a las diez de la noche y después de hacer todo lo que teníamos que hacer, nos fuimos a dormir prontito, porque mañana nos esperaba un día largo.

Largo primer día, por aqui, por tierras Alemanas, ya llevo unos cuantos días y ya se acostumbra uno a todo.

Hasta la próxima! Auf Wiedersehen!


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